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Biografía de Jesse Livermore:
http://en.wikipedia.org/wiki/Jesse_Lauriston_Livermore.

Por desgracia, este libro ha sido traducido por un traductor automático de los que premian la inteligencia contextual y no la coherencia verbal.

Lo primero a tener en cuenta es que Jesse Livermore no era un fundamentalista sino un verdadero analista técnico de gráficos que basaba su razonamiento en la repetición una y otra vez de patrones que no son más que la representación gráfica del comportamiento emocional humano y en la identificación de ciclos: ‘Wall Street nunca cambia porque los seres humanos nunca cambian’.

El libro explica alguno de los sistemas que utilizó Jesse Livermore con gran éxito, así como su método de gerencia de capital y control emocional.

La obra comienza explicando la importancia de la disciplina para continuar con las reglas para negociar.
El primer capítulo es una biografía (obras y maravillas) de la persona que ha permitido a Richard Smitten escribir un libro y conseguir una buena remuneración por él.

En sus inicios, Jesse Livermore observó que la mayoría de los operadores perdían dinero de una forma constante y que la mayoría de ellos carecían de un plan inteligente para operar. Prácticamente apostaban.
Otra observación era que cuando hay dinero de por medio, las emociones asumen el control, no el intelecto.

Un aporte importantísimo es que Livermore fue toda la vida un aprendiz. Se dedicó a anotar cada una de sus operaciones y a estudiar con el fin de detectar sus errores y poder corregirlos.

En sus inicios, se guiaba por dos reglas inquebrantables: No iniciar una operación hasta tener la mayor cantidad posible de probabilidades a su favor (era un operador de convergencias) y esperar pacientemente a las condiciones perfectas.

Para entrar y salir en una operación debía estar respaldada la decisión por varias razones. Ni abría ni cerraba ninguna posición por motivos emocionales. El libro desarrolla cuales eran estas señales.

El tema de la sincronización trata de la preparación previa a iniciar una operación, Jesse Livermore efectuaba un análisis técnico exhaustivo del mercado para estar siempre a favor de la tendencia y nunca en contra de ella.

Una de las máximas de Livermore era ‘no intente anticiparse al mercado, simplemente espere a que las evidencias de lo que está diciendo’. Lo cual no es lo mismo que formular un plan por adelantado.

La avaricia y la falta de paciencia son los principales motivos por lo que un trader se anticipa, y la disciplina es su único remedio. Es muy importante saber esperar.

La doctrina de Jesse Livermore para conseguir beneficios era dejar correr las ganancias y cortar lo antes posible las pérdidas.

Hay ciertas explicaciones y reglas que los operadores de divisas no podemos utilizar, pero, a pesar de ello, no cuesta nada leerlas todas y tener una cultura general.

Detectar lo puntos de giro del mercado es un arte que pone a los pies del operador el mejor momento para ejecutar una operación. Parte vital de la forma de operar de Livermore era esperar a los puntos de inversión de la tendencia, buscando una confluencia de motivos que indiquen donde tendrá lugar potencialmente ese suceso.
El autor explica en que consiste esta forma de trading y los dos tipos de puntos de giro:
1 - Los de continuación son, en una tendencia alcista, las resistencias, donde el mercado rebota para recoger beneficios antes de continuar su camino. En una tendencia bajista, estos serían los soportes.
Estos puntos permiten añadir nuevas posiciones a las ya existentes debido a que lo normal es que la tendencia continúe hasta que haya una confirmación de su ruptura.
2 - Los de reversa son los techos más altos y los suelos más bajos donde el mercado rebota y cambia de dirección. Obviamente, su potencial es enorme.

Las líneas de tendencia son la herramienta indispensable para detectar y operar los puntos de giro, ya que son las líneas que deben ser rotas.

Otro indicador de una posible reversa era una desviación fuerte del precio y el volumen de una acción, es decir, cuando sufre una variación importante alejada de su comportamiento normal, lo cual suele indicar el final del ímpetu.

A parte de operar en las rupturas de las tendencias también operó las rupturas de las consolidaciones. Identificó patrones de consolidación y esperaba pacientemente hasta que una señal válida anticipara el posible final del mercado lateral.

Otro sistema de Jesse Livermore era comprar cuando una resistencia era superada y vender cuando un soporte era rebasado, ya que si el mercado había tenido la fuerza suficiente como para avanzar a pesar de la barrera, continuaría su camino hasta encontrar un motivo que lo detenga.
Según el autor, Livermore compraba sus acciones cuando todo el mundo vendía y vendía cuando todos compraban… esto sirve para engrandecer la figura del descrito, pero, si eso fuera cierto, ¿cómo iba a conseguir ganancias si iba a la contra y quienes mueven al mercado son la mayoría? Abría más como él, señor Smitten.

El volumen fue siempre un aliado en las operaciones de Jesse Livermore a la hora de detectar los puntos de giro y los patrones gráficos, ya que un cambio brusco del volumen negociado era una clara indicación de un comportamiento anormal y, por lo tanto, de un potencial cambio de actitud.

La gerencia del capital es uno de los tres pilares esenciales del rompecabezas de Livermore. Este tenía cinco reglas principales para el manejo de su dinero:
1 - No abrir en una sola posición al mismo tiempo y al mismo precio: En lugar de abrir una operación 100k, abrir, por ejemplo, 5 operaciones 20k esperando a que el avance en la anterior sea un motivo para aumentar otra posición y así gradualmente. De esta forma, se sondea al mercado.
2 - Nunca arriesgar más del 10%. Si el mercado caía hasta ese punto, Livermore cortaba rápidamente sus pérdidas. Dejaba a un lado la esperanza de mejoría. El 10% era el punto en el cual él consideraba que se había equivocado en su análisis y que el mercado no iniciaría en su dirección.
Este porcentaje será para los más solventes. Personalmente nunca arriesgo más del 5% o menos.
3 - Guardar siempre una reserva de dinero en efectivo: Quiere decir aprender a no desear estar siempre en el mercado. Las oportunidades vienen y van. Cuando llegue una buena ocasión es preciso disponer de la cantidad necesaria para aprovecharla. Si la oportunidad no llega, hay que mantenerse fuera del mercado. Paciencia.
4 - Se necesita una buena razón para comprar y para vender: No hay que tener prisa para tomar un beneficio. Se requiere un motivo justificado para entrar o salir.
No hay que confundir este punto con convertir las ganancias en pérdidas.
5 - Aparcar el 50% de las grandes ganancias inesperadas en el banco: No se debe volver a invertirlo. ‘El mayor pesar que he tenido en mi vida financiera es que no prestaba bastante atención a esta regla’ Jesse Livermore.

Consejos adicionales: La mayoría no son aplicables al Forex.
1 - No entrar en un precio solo por que esté anormalmente bajo. Es necesaria una señal justificada.
2 - Desatender las declaraciones hechas por personalidades claves. Este punto se puede trasladar, aunque se entiende mucho mejor en el papel de un directivo o un ejecutivo cuya responsabilidad es la de asegurar que todo esta bien. Son animadores. Más adelante se puede leer una entretenida anécdota al respecto.
3 - Antes de abrir la operación, establecer el objetivo de beneficio y lo que se va a arriesgar: Coeficiente riesgo-ganancia.
4 - No operar nunca sin un Stop-loss. Nunca sostener una pérdida más del 10% del capital disponible.
Los mejores lugares para colocar los Stop son en los puntos de giro.
5 - Nunca aumentar las posiciones de una acción a la baja. No hay que hacer de un fallo una catástrofe. Sin embargo, es una buena idea comprar progresivamente mientras la acción sigue subiendo (eventualmente a un precio cada vez mayor). Puede ser peligroso, por eso hay que intentar estar en el mercado desde el primer punto de cambio de tendencia e incrementar en cada soporte (o resistencia, si es bajista).
Con todo a favor del operador, en ocasiones se equivoca, por lo que hay que cortar las pérdidas inmediatamente.
6 - Las cuentas deben ser autogestionadas. No delegar esa tarea en otra persona. Este punto es una lectura interesante y más amplia que las explicaciones que la rodean. Por que suelen perder dinero los gestores profesionales.

El sistema operativo de Jesse Livermore se basaba en ir con la masa (con la tendencia) la mayor parte del tiempo. Sin embargo, estaba siempre pendiente para reconocer pistas de un posible punto potencial de cambio de tendencia. Cuando estas señales empezaban a aparecer, él cambiaba sus operaciones en dirección contraria. Es en estos puntos donde se pierde la mayoría del dinero, ya que muchos traders están atrapados en el lado incorrecto.

Richard Smitten nos cuenta un ritual que realizaba Livermore cada fin de año. Se agradece una anécdota después de una amplia exposición de consejos.

A continuación, llegamos a otro de los puntos principales para la exitosa negociación de Jesse Livermore: El control emocional.
‘El mercado es conducido por factores psicológicos, no por la lógica’. Según Livermore, aunque haya millones de mentes, sólo hay unos pocos patrones psicológicos que deben ser estudiados, ya que la naturaleza humana en los mercados es conducida por tres emociones: el miedo, la esperanza y la avaricia.
Un apartado dentro de este tema es como mantener el control emocional ante las noticias de los medios de comunicación. Jesse Livermore nunca confió en las noticias publicadas. Trataba de leer entre líneas y formular su propio juicio.
Las acciones suben lentamente consecuencia de la esperanza y cae rápidamente debido a efecto del miedo.

Un capítulo importante es cómo se preparaba Jesse Livermore para un día de especulación. El equilibrio, la ciencia y el silencio son cualidades esenciales que no forman parte automática del carácter del trader.
En primer lugar, el despacho (o habitación) en el que se realicen las transacciones debe ser sagrado. Durante el tiempo que duraba su análisis técnico, requería de la máxima concentración, por lo que no debía haber nada que pudiera distraerlo. Cada cual se conoce a si mismo y sabe que tiene el potencial de minimizar su concentración.
Livermore era muy reservado y consideraba esta actitud como una de las claves de su éxito. Ni compartía ni esperaba recibir consejos. Los gráficos trasmitían toda la información necesaria. El mercado siempre tiene razón.
En segundo lugar, la tensión debe quedarse en la puerta. Al despacho debe entrar una mente despejada.

Jesse Livermore seguía un ritual desde la mañana hasta la noche que le asegurase estar descansado y en forma. ‘Pocos traders realmente planean su día’.
En el foro nos conocemos por el nick y no por el físico, y aunque la imagen clásica del informático (gracias a Los Simpsons por el episodio ‘Homer tamaño king-size: http://www.fotolog.com/isla_del_azucar/19299976’) es de un tipo gordito ante su ordenador, Livermore explicó las ventajas que el ejercicio físico tiene sobre una mente despejada, y está, sobre el trading.

En este párrafo sólo hay que sustituir la palabra acción por divisas.
Cada acción se mueve en función de la psicología de los operadores de todo el mundo que trabajan con ella. Por lo tanto, cada acción se comporta como un ser humano. Puede ser hiperactiva, hipertensa, volátil, lógica, fiable, imprevisible…
Es por este planteamiento que hay que saber analizar su comportamiento. Jesse Livermore planteó una serie de condiciones que revelarían si una acción se comportaba de forma ‘peligrosa’ o ‘acertada’.
No importaba si le estaba reportando un pequeño beneficio o una pequeña perdida, si la acción no hacía lo que había analizado, él cerraba la operación. ‘El orgullo precede a la caída’.

El tiempo es la cuarta dimensión. Se estudia el pasado del mercado para poder predecir el futuro (hablando de esto, que grande es Perdidos (Lost)). El presente no existe, ya que este no es más que el primer paso del futuro y el último del pasado. Es por este motivo que Livermore no hacía caso de los anuncios fundamentales ya que estos no tenían un impacto a largo plazo sino a corto.
Del mismo modo, Jesse Livermore utilizó dos Stop, uno para el precio y otro para el tiempo: Permitía un movimiento de poco puntos en su contra y un lapso de tiempo programado hasta que ocurriese lo que él esperaba. O se cumplían ambas premisas, o era el fin de la posición.

No todas sus señales de peligros eran correctas. A pesar de ello, cada vez que una cumplía con sus condiciones, no discutía con ella, sencillamente salía.
El operador que insiste en intentar beneficiarse de los movimientos de menor importancia diarios nunca estará en una posición para aprovecharse de las subidas importantes.

El libro finaliza con un amplio resumen de las reglas con las que Livermore trabajaba.
- Analizar y aprender de sus errores para no repetirlos.
- Saber quedarse fuera del mercado.
- Determinar la dirección del mercado.
- No anticiparse a lo que hará el mercado. Fiarse solamente de las evidencias que presente.
- Deje correr las ganancias y corte rápidamente las pérdidas (hasta el 10% de recorrido en contra).
- Se necesita un motivo justificado para entrar y para salir del mercado.

Tipo: Sistemas de Trading, Psicología de Trading, Gestión de Capital.
En resumen: Si no lo hubiera hecho, lo volvería a leer.
Lo que más me ha gustado: Como prepara el día a día un trader de éxito.
Lo que menos me ha gustado: Es un libro biográfico. Presenta muchas anécdotas. Esperar otra cosa es perder el tiempo.
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